Jose Daniel Ferrer, La Voz Cubana de Derechos Humanos y Democracia

  • Alejandra Marma-Gutiérrez

 

El Instituto Republicano Internacional (IRI) apoya a los valientes defensores de derechos humanos y activistas democráticos alrededor del mundo que trabajan para asegurar un futuro mejor para sus países. En el día de su juicio, decidimos resaltar a uno de los activistas de derechos humanos más prominentes de Cuba, Jose Daniel Ferrer, quien ha sido encarcelado por el régimen desde el otoño de 2019.

Ferrer es el líder de UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), una organización paraguas que ha apoyado a varios grupos de disidentes en su lucha pacífica por la democracia y respeto de los derechos humanos en la isla. Él ha estado confinado en una celda cubana desde el primero de octubre y el 28 de febrero cumplirá 150 días en cárcel. El 26 de febrero se hará el juicio de Ferrer bajo acusaciones de atacar a una persona y causar daños físicos.

Estas acusaciones no suenan ciertas cuando se trata de este destacado activista de los derechos humanos y democracia y padre de tres hijos. Lo que sí parece cierto es que el régimen comunista de Cuba está tomando nuevamente medidas extremas para silenciar a un activista ampliamente reconocido.

Esta no es la primera detención de Ferrer. Fue encarcelado durante la Primavera Negra de Cuba en marzo 2003 y sentenciado a 25 años en cárcel por promover el Proyecto Varela, cuyo propósito era circular una propuesta legal que permitiría reformas políticas democráticas. Setenta y cinco activistas fueron encarcelados, incluyendo periodistas, bibliotecarios, y activistas de derechos humanos y democracia. La organización internacional de derechos humanos Amnistía Internacional nombró a Ferrer como prisionero de conciencia y el Presidente Obama pidió su liberación en 2009. Ferrer fue liberado en 2011 como parte de un acuerdo entre el gobierno cubano y la iglesia católica cubana.

En vez de ir al exilio, Ferrer decidió quedarse en Cuba y estableció UNPACU que ahora apoya más de 100 grupos y 3,000 activistas. Como Jose Daniel ha dicho, UNPACU es “un puente para las víctimas de injusticia” compartiendo con el mundo las condiciones en las que se encuentran. En los últimos cinco años, sus miembros han reportado más de 40 ataques patrocinados por el estado contra la sede de UNPACU y las organizaciones que apoya. El 27 de agosto, la policía realizó un saqueo contra UNPACU y confiscó computadoras, teléfonos móviles y televisiones. Ferrer fue detenido brevemente en represalia por sus declaraciones publicadas y sus mensajes en redes sociales.

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Michael R. Pompeo, pido la liberación de Ferrer en una carta al Ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodriguez. Amnistía Internacional, la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y otros, han pedido explicaciones sin respuestas del régimen cubano. La declaración de Pompeo señaló que esta última oleada de represión podría tener más repercusiones: “Los Estados Unidos no permitirán que estos abusos contra los cubanos pasen desapercibidos o sin respuesta. Seguiremos aumentando las sanciones y restricciones comerciales para disminuir los recursos disponibles al régimen cubano que usa sus ingresos para reprimir a sus propios ciudadanos y apoyar a otros regímenes con antecedentes vergonzosos de derechos humanos”.

El siete de noviembre la esposa de Ferrer lo pudo visitar por cinco minutos en la cárcel de Aguadores en Santiago de Cuba donde él mostró signos de tortura sobre todo su cuerpo. No le han permitido ver un abogado o recibir atención médica. El régimen detuvo al hijo y la esposa de Ferrer, y les dijo que le informaran a Ferrer que, si llegaba a salir del país, no sería condenado. Ferrer ha dicho previamente que nunca se iría de Cuba, especialmente no en condiciones como estas.

Aún quedan preguntas sobre el momento y la duración de la detención de Ferrer ya que el régimen no ha detenido a ningún activista por tanto tiempo desde la Primavera Negra y el encarcelamiento vino en medio del creciente descontento por las fallas de suministro de petróleo y los apagones frecuentes. El gobierno puede también estar preocupado sobre la oleada de centro que ha tomado Ecuador, las protestas en Nicaragua y Venezuela, y más recientemente, el rechazo al fraude electoral en Bolivia que son signos de la reducción del apoyo a gobiernos autoritarios en Latinoamérica.

Como el trato inhumano a Ferrer lo demuestra, es claro que lo que el régimen cubano teme más es la posibilidad que su propia gente demande libertad política. Como Ferrer ha dicho, lo único que los cubanos quieren es “vivir con libertad, justicia, prosperidad y bienestar y que sus derechos y libertades sean respetados” y él sigue luchando por esta causa. El día del juicio de Jose Daniel Ferrer es una ocasión propicia para resaltar los sacrificios hechos por este activista valiente que pone su vida a riesgo para un futuro mejor para su gente.

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